Mientras el DEET es un repelente de insectos popular durante los meses de primavera y verano, puede causar riesgos para la salud a las personas que no siguen las instrucciones de la etiqueta.

Una mala aplicación común implica que las personas usen ropa sobre un área de piel que ha sido tratada con DEET. En este escenario, alguien puede estar expuesto a una mayor cantidad de sustancia química que la EPA ha aprobado. Muy a menudo, las personas no lavan el producto de su piel después de regresar al interior. Esto puede resultar en una sobreexposición, especialmente en casos en que se aplica un producto con demasiada frecuencia (a intervalos cortos) o cada día durante varios días.

Una pequeña cantidad de DEET se absorbe en el cuerpo cuando se aplica en la piel. Esta cantidad puede aumentar cuando la piel tratada se cubre con ropa. El cuerpo puede incluso aumentar la absorción de niveles de DEET cuando también se aplica alcohol o protector solar en la piel.

Riesgos a la salud del DEET

El DEET es ligeramente tóxico cuando se aplica en la piel o se come, y prácticamente es no tóxico cuando se huele. Pero aún hay riesgos cuando se usa. El riesgo es mayor después de repetidas aplicaciones malas y exposiciones prolongadas.

Estar expuesto a DEET puede causar:

• Irritación de la piel, enrojecimiento, sarpullido e inflamación
• Irritación y dolor de los ojos
• Malestar estomacal, vómitos y náuseas cuando se come

Evitar malas aplicaciones

El paso más crítico es seguir todas las instrucciones de la etiqueta. La EPA revisa los datos de seguridad para todos los productos pesticidas que se venden en los Estados Unidos, incluyendo los repelentes de insectos que contienen DEET. Al leer la etiqueta, encontrará el siguiente texto bajo 'Instrucciones de uso'.